jueves, 27 de octubre de 2011

Trekking al glaciar Leones, la otra puerta a Campo de Hielo Norte

Fuente:latercera.com

La laguna y el glaciar San Rafael son la opción más cómoda de conocer esta gigantesca masa de agua congelada. Pero si quiere pisar sus hielos y adentrarse en él, hágalo caminando por el valle Leones, navegando por la laguna homónima, para terminar encaramándose en el glaciar.

por José Ignacio López, para el suplemento de Tendencias - 23/10/2011 - 08:30


Es la riqueza de la Patagonia…¡dónde sino aquí!". Pascual Díaz es dado a las frases clichés, pero lo cierto es que aquí arriba, encima del hielo, sus breves acotaciones llevan siempre la razón.
Hace seis escasas horas recorríamos la Carretera Austral, atravesábamos pueblos conectados por esta mítica autopista de ripio a la altura del lago General Carrera y ahora nos hallamos pisando los distintos colores y formas del glaciar Leones, con una vista emblemática del extremo sur de Chile. A un lado, el monte San Valentín, cuya cumbre de 4.058 m es lugar de peregrinación de montañistas queriendo tocar el techo de la Patagonia. Colocando la vista en el horizonte, diversos son los glaciares rodeados de cordones montañosos, mientras el enorme lago General Carrera se pierde en pampas argentinas. Al mirar hacia abajo, confortables cruceros surcan la laguna San Rafael, mientras, encima de nuestras cabezas, el colosal Campo de Hielo Norte nos invitan a seguir ascendiendo.

"Toda una experiencia", habría que agregar a las palabras de Pascual, apreciando esta panorámica de escenarios naturales que se ven tan cercanos. A ello se le debe agregar la suerte que tenemos de caminar por un glaciar inmaculado, lo que toma mayor relevancia cuando se conoce la manera en que se ha ido desarrollando esta excursión, que puede durar uno, dos y hasta seis días, según dónde se quiera llegar.

LEONES A LA VISTA
A las 8 en punto, la van 4x4 de Kalem Patagonia toca la bocina afuera del Centro Konaikén, cabañas y centro de relajación en el nacimiento del río Baker, en Puerto Bertrand que, honestamente, cuesta abandonar tan temprano. Pero lo que nos ha prometido Pascual Díaz -fundador de Kalem Patagonia y guía de montaña por más de 10 años-, pinta tan bien que merece la pena ponerse de pie, tomar un fugaz desayuno y salir rápido. A dos horas de viaje, 10 km al sur de Puerto Tranquilo, varios carteles de distancias nos invitan a tomar el desvío hacia el Valle Leones.

Las primeras expediciones por este desconocido rincón patagónico comenzaron por 1930, cuando comisiones cartográficas recorrían el sector para plasmar en mapas sus atractivos geográficos. Junto a ellas se aventuraban las primeras expediciones que querían alcanzar la cumbre del San Valentín o Campo de Hielo Norte.

Exactamente la misma naturaleza indómita de aquel entonces es la que hoy estamos recorriendo. Esta vez por un sendero de trekking bien marcado, de nivel intermedio, que se dificulta sólo durante el ascenso y descenso de una pequeña ladera que bordea una cornisa en 90 grados con una inmejorable vista del río Leones que acompaña toda la caminata.

Lo demás es llano, por un terreno que se ha formado a partir del retroceso del glaciar. Es una zona naciente, con una incipiente vegetación que se va modificando a medida que se avanza.

Nos encontramos a 40 kilómetros de Puerto Tranquilo. Atravesando unos cuantos arroyos, una zona abierta de verdes pastos nos recibe. Aquí se encuentran gigantescas piedras atravesadas en medio del camino. Su presencia en el lugar es producto del derrumbe del glaciar Mapuche que cedió hace 11 años, ubicado en la cúspide de una de las tantas montañas que nos rodean.

Gradualmente el sendero se va cerrando por un bosque siempreverde que cobija especies típicas de la zona. Hablamos de ñirre, coigüe, lenga, mañío y canelo. El silencio marca presencia, siendo interrumpido ocasionalmente por algún arriero que viene de vuelta con su tropilla, o un grupo de expedicionarios que, igual que nosotros, va en busca de este bien guardado secreto al final del valle, donde montañas nevadas nos van recibiendo con ráfagas de viento gélido. En este punto, una morrena provocada por el avance y retroceso del glaciar está a cargo de contener las aguas del río que nos ha acompañado durante la caminata. Es un mirador natural, desde donde se aprecian las aguas de la laguna Leones, coronada por el glaciar homónimo.

Y si bien el murallón frontal del glaciar Leones no es más imponente que el San Rafael, el paisaje en el que se inserta sí es más solemne, debido a la versatilidad de colores que dominan una escena. Aquí, además del blanco inmaculado del glaciar, se halla el turquesa de la laguna y el verde intenso de una tupida vegetación alrededor. "Una postal de bolsillo de la Patagonia", remarca Pascual. Los presentes asentimos completamente al ver cómo en escasos kilómetros se combinan los mejores atractivos de esta zona: río, bosque, valle, laguna y glaciar. Elementos de un paisaje que justifica absolutamente la caminata de tres horas.

COMO UN GRANO DE ARENA
Aunque la naturaleza continúa siendo la misma que apreciaron las primeras expediciones hace 80 años, hay algo que hoy hace a la excursión más cómoda: el bote a motor con que Pascual nos lleva a cruzar los 18 kilómetros de una laguna decorada con icebergs de todos los tamaños y formas que se han desprendido del glaciar.

Tras 40 minutos de navegación llegamos a la pared de 800 m de agua congelada que desciende abruptamente desde Campo de Hielo Norte. Una caída de 1,5 km que nos hace apreciar el humilde espacio que ocupamos en la naturaleza.

Entre constantes crujidos, el glaciar impone respeto. Bastaría que uno de los tantos bloques de hielo que se desprenden nos alcanzara, para aplastarnos como hormigas. Por ello, Pascual tiene encendido el motor y pide silencio a la tripulación si quiere acercarse a íntimos dos metros de un glaciar que asciende por tres brazos hasta los 4.000 metros de altura, donde se ubica la cúspide de Campo de Hielo Norte, que tientan a seguir la aventura.

Dejando el bote a un costado del glaciar, nos ponemos el equipo especializado para caminar sobre el hielo. Y si bien nuestra caminata por estas tierras congeladas es sólo de una hora, tenemos tiempo para asombrarnos mirando el suelo, para ver cómo el hielo está en constante movimiento hacia abajo. Un fenómeno provocado por la presión que se ejerce desde la cumbre del glaciar en dirección al murallón que llega a la laguna.

"No será el más grande, pero lejos uno de los más pedagógicos en los que he estado", asegura Pascual, cuya palabra vale, cuando se sabe que el hombre nacido y criado en la Patagonia cuenta con miles de kilómetros por estos paisajes de hielo, algunos de acceso sólo para avezados en alta montaña.

Es el caso de la expedición que él organiza a Campo de Hielo Norte. Tres días más de excursión por una meseta congelada, haciendo carpa en el hielo, siempre y cuando las condiciones meteorológicas lo permitan.

"La naturaleza dispone aquí, señores", concluye Pascual, dando una última y desafiante mirada a la cumbre, antes de dar media vuelta, volver a la lancha y seguir.

Guía


Kalem Patagonia: Expediciones al glaciar desde $ 48.000 diarios p.p., mínimo cuatro pasajeros. Incluye: snack, traslado, bote y alojamiento en carpa. Pascual Díaz: cabalgasur@hotmail.com. También se le puede contactar a través de la Casa del Turismo Rural de Coyhaique,www.casadelturismorural.cl, contacto@casaturismorural.cl Tel.: (67) 524929 / 214031

ALOJAMIENTO 
Centro Konaikén: Cabañas equipadas junto al río Baker, ofrece terapias y talleres de sanación en su recién inaugurado domo. Cuenta con cafetería y restaurante. Carretera Austral, 6 kilómetros al sur de Puerto Bertrand. Cóntacto los servicios a través de turismo_konaiken@yahoo.es 

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