El hospedaje más característico de la Región de Aysén pasó de ser el lugar predilecto de pescadores solitarios a un panorama familiar.
"No podíamos echar todos los huevos en una misma canasta. La pesca no ha estado tan buena en la zona". Así describe Andrea Marcos, administradora de Green Baker Lod-ge, lo que está sucediendo en una región reconocida por la cantidad de refugios de pesca que posee. Según datos de Sernatur de Aysén, allí hay 37 alojamientos de este tipo, siete hoteles y cinco cabañas.
Mucho más que pesca
Desde sus inicios, los lodges de la XI Región han estado asociados a la pesca recreativa. Uno de los más antiguos es La Pasarela. "Desde 1982 recibimos a un 80% de turistas extranjeros, atraídos por la pesca", dice su dueño, Alberto Brautigam.
Durante años, este tipo de alojamiento se ha caracterizado por ser un albergue para deportistas o expedicionarios y uno de los panoramas favoritos de hombres de negocios aficionados a la pesca. Cautivados por los paisajes de la zona, luego volvían con sus esposas e hijos. "En ese momento, los empresarios se dieron cuenta de que los jóvenes querían algo más de aventura, por lo que tuvieron que agregarle un plus", afirma Rodrigo Mansilla, guía turístico de la Región de Aysén.
La práctica en agua no fue suficiente, y "desde esta temporada empezó la tendencia progresiva a abrirse a otras actividades", asevera Pedro Sepúlveda, guía de Salmo Patagonia Lodge.
Ahora, este tipo de hospedajes ofrece desde avistamientos de ballenas o cóndores, hasta vuelos en un bimotor sobre la laguna San Rafael.
Este cambio también se ha reflejado en la infraestructura de los alojamientos: "En este lodge, antes no teníamos cabañas y ahora sí", dice Sepúlveda.
Y no sólo instancias familiares se pueden desarrollar en estos lugares. Las empresas también tienen su oferta.
En Salmo Patagonia Lodge se ofrece "turismo de negocios". La idea consiste en que grupos de trabajadores no sólo disfruten de spa y comidas, sino que también participen en un outdoor training de liderazgo, en el que juegos y aprendizaje se transfieren al mundo laboral. "El entorno hace que las personas tomen una actitud de mayor compromiso", relata Sepúlveda.
También en invierno
Según Sernatur, la pesca recreativa es la actividad más profesionalizada en cuanto a turismo en la región. Sin embargo, valoran de manera positiva el giro en el rubro.
"Los empresarios turísticos están buscando nuevos segmentos y para eso tienen que ofrecer diferentes servicios. Esto es positivo, porque amplía el radio de acción", afirma Américo Soto, director de Sernatur de la Región de Aysén.
Pero más allá de la temporada de verano, hay varios empresarios turísticos que aprovecharán el clima para potenciarse en el año.
Uno de ellos es José Miguel Varas, de Lodge Monreal, que afirma: "En marzo tengo una reunión en Sao Paulo para ponerme de acuerdo con los operadores de allá. Les ofreceremos esquí randonee y caminata con raqueta, que les encanta a los brasileños".
Más atractivos naturales por conocer
Si de actividades novedosas se trata, la excursión en kayak a través del río Baker es una opción complementaria a la pesca.A través del viaje se puede penetrar en la ruta para conocer las formaciones rocosas emplazadas en el sector de manera natural.
En las costas del lago General Carrera se pueden ver formaciones de mármol creadas por la erosión del agua y el viento, que también crearon cavidades y grutas en las piedras a través de las cuales se puede avanzar.
Otra expedición que realizan los lodges es un circuito de trekking por la Reserva Nacional Tamango, 10 kilómetros al noreste de Cochrane. Esta ruta consiste en una caminata a través de vegetación silvestre, que resguarda la mayor cantidad de huemules en su hábitat natural.
Además, el parque posee un bosque con una gran vegetación nativa, entre la que se encuentran especies de lenga y coigüe.
Para quienes se quedan en los lodges aledaños a Coyhaique, los refugios han preparado pequeñas expediciones a los hitos naturales más cercanos a la zona. Incluyen la visita al cerro MacKay, al sector de Panguilemu, al Parque Alto Baguales, en donde se encuentran las tres torres eólicas de Aysén. Además de una visita a la Reserva Forestal Coyhaique y un ascenso al cerro Cinchao.
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